Soy profesor en la ESO con algunas incursiones en bachillerato. Me ha venido a la cabeza, al oír tanta tontería junta sobre la adolescencia y los 16 años y la madurez y los preservativos, el caso de Alejandro Magno. Sobre todo porque fue a esa exacta edad cuando tomó por primera vez las riendas de su ejército para repeler un intento de rebelión. Ya sé que los tiempos han cambiado: mientras escribo, tengo a más de 200 individuos adolescentes cuyo actuar lo evidencia. Pero también sé, porque hablo con ellos y les escucho, que los jóvenes no han cambiado tanto: vengo de asisitir a sus exposiciones del trabajo de investigación. Sigue habiendo en ellos el ímpetu de Alejandro, su pasión y ganas de actuar justamente, de sacrificarse por un ideal. ¿Y la diferencia? No será toda, pero en parte (y grande) está en que tenía una esmerada educación científica, pero no se quedaba ahí. Tenía una educación en valores. Su preceptor fue ni más ni menos que Aristóteles, que escribió varias éticas, y a quien nosotros hemos alejado a patadas de nuestros chicos, por "pesado y antiguo". Ojalá nos hiciera pensar esta sima que separa a nuestros púberes de Alejandro Magno. A mí, cada día. Y a actuar.
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