Aunque no soy del Barça, me gusta ver buen fútbol. Hoy día, eso es ver cómo lo hacen los de Guardiola. Pero no sólo me impresionan por cómo juegan, sino por cómo han llegado ahí. La televisión, con sus múltiples (demasiados) programas deportivos, ya se encarga de recordarnos lo mal que iban el año pasado, con reportajes breves. Pero todo, se diría, ha cambiado: míster nuevo, año nuevo. "Es que ahora entrenan más y se lo toman en serio", me dice un amigo mío, como si yo no lo supiera. "Y hay normas", añade, "que nadie se salta". Claro. Y, lo mejor: que a los jóvenes, que conocen estas cosas, les encanta. ¡A eso se le llama recuperar valores como el esfuerzo, el mérito y demás! Y no es una teoría: lo vemos cada semana. Y de manera bonita. Ojalá no sólo fueran futbolistas quienes nos dan ejemplo, pero me alegro de que al menos sí lo hagan. El bien es difusivo, llama la atención y es imitable. Aprendamos, en este sentido, del Barça y Guardiola.
Comentarios