El Papa en Tierra Santa

Acabo de leer una crónica de las preguntas que le hicieron al Papa, a bocajarro, en el mismo avión que le llevaba a Jordania. Increíble: sabe qué debe hacer, qué debe decir, y cómo. Otros le critican: yo le alabo. Y tengo mis razones. ¿Cómo ayudará Su Santidad a que llegue la paz a Tierra Santa? Pregunta difícil, que cualquier político -al menos, español-, esquivaría no se sabe cómo. Y él, después de desear los buenos días y aclara que él "no es representante de un poder político, sino de una fuerza espiritual" da tres razones, igual de espirituales. Una: rezar; dos: formar la conciencia; tres: usar a cabeza, razonar y hacer razonar para llegar "a la luz de la fe" a "ver los verdaderos criterios". En resumen: buscar lo que une, y no lo que divide, como se suele hacer en la penosa palestra política actual.

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