Francesc-Marc Álvaro nos brinda hoy, ¡por fin!, uno de los artículos más esperados por el personal. En una columnita de diario se ofrece, como mínimo, la posibilidad de no leer a Larsson y de ser poco menos que normal. Bueno, ya era hora. Después de tener que tragarse, o al menos ver impresas, cientos de páginas y monográficos sobre su trilogía, encuentro a alguien que escribe que no tiene muy pensado leerlo. Al menos, no dejándose llevar por la fiebre del lector compulsivo. Ya es algo. No he leído a Larsson y, por lo que dicen las reseñas que he leído, que vienen hasta con ilustraciones, no pienso hacerlo. Por largo y por zafio. "Es que es realista". Prefiero a Dostoievsky, o a Gogol. "Es que narra muy bien". Prefiero a Evelyn Waugh. "Es que hay asesinatos y crímenes". Prefiero a Chesterton o a Shakespeare. "Es que es largo y da que hablar". Prefiero a "La Odisea", "Los novios" o "El escándalo", que además es de un español: de Alarcón. Basta de modas porque sí. ¡Y felicidades por el artículo, Francesc-Marc Álvaro!
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