No hay que perder de vista que estamos hablando de personas. Mi opinión: no manosear ni masificar el asunto, para no llegar a cosificar; no juzgar; ir a las raíces del problema, que es personal. Tan personal como la solución: lograr que ninguna mujer se prostituya, se rebaje; y que ningún hombre, igual de persona que aquella mujer, cosifique a nadie. Y decir machismo es decir muy poco. Falta un feminismo nuevo... y antiguo. Pero, ¿ya tenemos bases intelectuales para pensar este problema, un humanismo fuerte y razonado? ¿Cómo mandar, si no es por autoexigencia, que un hombre no use a una mujer? Hecha la ley, hecha la trampa, a no ser que la ley me la pongo yo, porque soy como soy: persona. No será por falta de pistas...
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