Serena Williams:

Me parece que el incidente que protagonizó ayer la tenista americana nos viene como anillo al dedo. Llega el día que comienza el colegio, que, como ocurre cada año, llega acompañado con todo tipo de artículos sobre la educación, la falta de disciplina, la poca mejoría del sistema, y el menor respeto de los adolescentes: sobre la autoridad, vamos. Pues bien, sólo quería resaltar un modelo que de puro tenerlo tan a la vista, a menudo olvidamos: el deporte. Y, concretamente aquí, a Serena Williams. Como persona que es, ayer perdió los papeles. ¿Es un mal ejemplo? No: es comprensible y es muy buen ejemplo. Porque la autoridad competente, sin despeinarse, la descalificó, y perdió. Y no se habla más que bien de los jueces: cumplieron su papel. A nadie se le ocurre llamarles déspotas, o injustos, o similar. Eso es castigar a quien lo merece en el grado justo, en el momento justo, y con la duración justa. La pobre tenista, más rica que un profesor de la ESO como yo, acatará la sentencia, sin duda.
Me parece un paradigma que deberíamos imitar: hay unas reglas, y quien se las salta, por lo que sea, debe notarlo. Y el tenis es un juego, al fin y al cabo, conque... ¡qué será preparar para la vida!

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