Como para escribir una novela

Cada día me sorprenden más las decenas de mensajes spam que recibo a diario. En primer lugar, por el lamentable, sucio y machista tema a que se refieren la mayoría. Lo daré por supuesto, aunque no es obvio que tengan que llegarme, ni sé por qué no les denuncian: yo no les he dado mi e-mail. Lo segundo, por la imaginación de quienes ponen los nombres falsos. Ahora, mientras escribo esta carta, me ha llegado uno. Apuesto a que lo escribe alguien cuyo nombre no he visto jamás. No se repiten nunca. Y así con todos. Si fuera escritor, tendría nombres para dar y vender.

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