Sólo quería agradecer al diario y al escritor portugués Magalhaes su gran y valiente artículo: "El Papa que no vendía". Me ha gustado mucho su análisis sobre la realidad portuguesa, la descripción de los ánimos que recibieron al Papa, y de los que le despidieron. Han visto su seriedad, su equilibrio, su inteligencia, su lucidez y su empatía. Se ve que ha leído a Ratzinger, o ha escuchado y releído sus homilías, perlas todas ellas. Y, como puntilla, la necesidad de algo más que economía para salvar a la propia economía; la necesidad de lo espiritual. Aunque el viaje fue a Portugal, ¡lástima que esto tenga que escribirlo un portugués!
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