Como es mi profesión, leí ayer con ilusión y curiosidad la entrevista a Irene Rigau, la flamante consellera d'Ensenyament. Ya sabía lo que explicaba su breve currículo: Magisterio y Psicología; y que no era una simple teórica: había sido profesora de primaria, inspectora y profesora universitaria. Mi emoción crecía a cada respuesta. Y llegó al summum al leer algo que no necesita ser comentado: "hemos tratado al niño como si siempre tuviera que vivir en una infancia permanente. Y este paso de la infancia a la vida adulta debe ir acompañado de esfuerzo, de poner límites y saber que todo el mundo puede rendir más y por tanto hay que estimular el esfuerzo". Ojalá no desfallezca en su intento la presente consellera, y la política, en el mal sentido, no la ahogue. Nos jugamos mucho.
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