El 23 de enero se envió el primer tweet desde el espacio. No se me ocurre ahora, salvo lo propagandístico y folklórico, qué importancia tiene. Sin embargo, hoy leo en las páginas de este diario que unos hombres de buena fe han hecho de taxistas improvisados en Moscú, tras el horrible atentado, para evitar que unos taxistas corrompidos y desalmados estafen a la gente. No han cobrado una gran parte del trayecto.Y se han organizado vía Twitter. Y lo mejor, casi literal: "no somos héroes, sólo gente a la que no le da igual lo que le suceda a los demás". Olé por la tecnología y por esos hombres como Dios manda.
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