Ahí van las declaraciones, entresacadas de su discurso, de la alcaldable Tura: "con un sueldo, supongo que normal, entre 2.000 y 2.500 euros al mes, es imposible dejar el coche en cualquier sitio y coger taxis o pagar el abono de un aparcamiento todo el día". Aquí está la clave. Esta señora vive alejada de la realidad. Al menos en este aspecto. Muy pocos cobran eso habitualmente. Contemos, para empezar, los muchos que no cobran más que el paro. Pero es que hay más. Y no creo que sea contradictorio, sino aclaratorio. Tal como están los precios, la señora Tura tiene razón: ése debería ser el sueldo normal. Pero no lo es. He ahí una manera perfecta de explicar la crisis en que estamos metidos: unos pocos con mucho dinero han fomentado y generalizado una manera de vivir que está muy por encima de las posibilidades reales de unos muchos con poco dinero. Así de sencillo. Es aquello de tener un coche que da que hablar, pero pasarme ocho años, o más, pagándolo. Es habitual, pero no normal. Solución: el cambio generacional de tren de vida, la vuelta al realismo económico y a la templanza vital.
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