No suelo leer la columna de Monzó, pero vi de refilón que hablaba de las drogas y los políticos. Al parecer, uno había hecho una propuesta por la cual los padres recibirían un kit de detección de drogas. La conclusión de Monzó era de lo más cínica, pero, por lo visto, lamentablemente realista: "¿Y si ellos descubren lo que nos metemos nosotros?". Bien, pues yo lo unía con el pobre diablo de DSK. Quizás podríamos aplicar el mismo rasero. No creo que la gentes vaya por ahí forzando al personal, pero corrían por Barcelona algunos carteles de aventuras extramatrimoniales -por no hablar de otros más explícitos- que daban lástima. Llámenme exagerado y medieval, pero yo aún sé ver un delgado hilo sutil entre ambos asuntos: siembra vientos y cosecharás tempestades.
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