Otra frase de "El hombre del traje gris" digna de ser esculpida en mármol. "Debes dedicarle tiempo a tu hija. Anota su nombre en tu agenda. ¡Trátala como si fuera una fundación y tú estuvieras en el consejo de administración!" Mandato imperativo de Helen a su marido, el magnate y hombre de negocios Hopkins, que ha olvidado que su mejor negocio es su familia. Cargada de juventud y dinero, su hija no tiene más valores que su belleza y su apellido. "Ya aprenderá", le dice Hopkins a su mujer. Y la respuesta, clara como la luz del día y punzante como el sol mirado de frente, aunque esta vez no literal: "¿Y quién le va a enseñar? Tú no estás". Estremecedora, la situación. Pero real. A mí me ha dado que pensar.
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