Es un contraste muy habitual, pero es más habitual aún que no nos demos cuenta. En una tertulia entre amigos después de la sobremesa, hablábamos sobre la crisis, y lo difícil y revuelta que está la vida. Dos topicazos. Y fuera, a pocos metros, unos pájaros trinando a todo trinar. Aunque algunos compositores modernos haya intentano imitar sus voces, se quedan en imitaciones. Muy buenas algunas, pero imitaciones. Y en ese contraste me quedé pensando: los pájaros no necesitan aprender a trinar. Los pájaros -exagero- salen del nido, comen lombrices... ¡y a volar! La famosa expresión castellana lo dice claramente: "al agua, patos". ¡Qué difícil es ser hombre! Con lo fácil que sería ser como esos pajarillos. Pues no. Sumémosle que no vivimos solos: ¡otra complicación! Pero no compensa renunciar a ser hombre, y hombre pleno, por la dificultad. Esa es una de las lecciones positivas del 15m. Ahora conviene no acabar a palos y seguir por el buen camino, que empieza en cada uno.
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