Es sorprendente cómo se parece la gente inteligente, con creatividad y con cierta experiencia de la vida. Gary Hamel, gurú del que hacía un tiempo que no oía hablar, nos sorprende con una entrevista apetitosa. En la columna naranja, lo que considero mejor. Sostiene que debemos renovar el capital espiritual de las sociedades: los valores. Si no lo logramos, "nos volveremos materialistas y cínicos". Y para ello, descubre lo que alguien que puede parecer tan diferente -Benedicto XVI- lleva diciendo hace muchos lustros: los valores hay que revivirlos. Cada generación debe hacerlos propios. No son como los edificios, que quedan. Son la imagen propia en un espejo: hay que estar delante para que permanezca ahí. Sin ellos, concluye Hamel, otra vez de la mano de Ratzinger, "la existencia acaba siendo un trámite aburrido y banal."
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