Como suele ser habitual, las cosas obvias son las que menos nos llaman la atención. El gran éxito de los dictadores consiste en lograr que algo absolutamente inmoral se acabe tomando como normal, como algo que no merece nuestra atención. Son unos grandes expertos en sedar las inteligencias.
Ahora vamos a ir a una de ellas. A base de atiborrarnos de verlas, ya ni las vemos. Me refiero a las mujeres de anuncio que salen en los anuncios de perfumes navideños. ¿Hay algo más estúpido que un anuncio visual -ya sea impreso o en video- de un perfume? ¿Acaso compramos un perfume sin olerlo? Por supuesto que sí. Somos -y me voy a incluir por no parecer lo que no soy- así de burros. Lanzo al ruedo unas preguntas, de respuestas tan obvia que asustan: ¿acaso es más guapa una mujer con un perfume?, ¿acaso una de esas modelos de plástico con mirada neutra sería un ápice más fea si oliera a estiércol?, ¿se fijará alguien en la marca del perfume, vista la encantadora mirada de la encantadora mujer que la anuncia? Son mujeres que cortan el hipo. Aunque si fueran feas como un pecado, también lo cortarían... aun sin oler a Eau de Nosequé. No sé si me explico. Uno va por la calle y la inverosímil chica joven con ojos como vidrieras góticas te mira desde el anuncio y bajo sus labios impecables lees algo impreciso antes de dar un volantazo para no comerte al coche de delante. No sé por qué me da que están jugando conmigo: son mujeres atractivas, no perfumes atractivos. Es más, podrían venderse calcetines de esparto, con aquellas damiselas. Hasta potaje de garbanzos venderían. Me juego un ojo a que nadie sabe qué marca anuncian. ¿A nadie más le sorprende ese escaparate de inalcanzables chicas top 10 por nuestras calles? Total, para que la quinceañera de turno, que no puede con sus carnes, se engañe pensando que estará más guapa con un perfume que le cuesta un dineral. "¡Ay, hueles como la de Eau de No sé qué!". Ya te digo.
PD: Lo mismo podría decir de los anuncios de perfumes de hombre. Bueno, no exactamente lo mismo, claro.
Ahora vamos a ir a una de ellas. A base de atiborrarnos de verlas, ya ni las vemos. Me refiero a las mujeres de anuncio que salen en los anuncios de perfumes navideños. ¿Hay algo más estúpido que un anuncio visual -ya sea impreso o en video- de un perfume? ¿Acaso compramos un perfume sin olerlo? Por supuesto que sí. Somos -y me voy a incluir por no parecer lo que no soy- así de burros. Lanzo al ruedo unas preguntas, de respuestas tan obvia que asustan: ¿acaso es más guapa una mujer con un perfume?, ¿acaso una de esas modelos de plástico con mirada neutra sería un ápice más fea si oliera a estiércol?, ¿se fijará alguien en la marca del perfume, vista la encantadora mirada de la encantadora mujer que la anuncia? Son mujeres que cortan el hipo. Aunque si fueran feas como un pecado, también lo cortarían... aun sin oler a Eau de Nosequé. No sé si me explico. Uno va por la calle y la inverosímil chica joven con ojos como vidrieras góticas te mira desde el anuncio y bajo sus labios impecables lees algo impreciso antes de dar un volantazo para no comerte al coche de delante. No sé por qué me da que están jugando conmigo: son mujeres atractivas, no perfumes atractivos. Es más, podrían venderse calcetines de esparto, con aquellas damiselas. Hasta potaje de garbanzos venderían. Me juego un ojo a que nadie sabe qué marca anuncian. ¿A nadie más le sorprende ese escaparate de inalcanzables chicas top 10 por nuestras calles? Total, para que la quinceañera de turno, que no puede con sus carnes, se engañe pensando que estará más guapa con un perfume que le cuesta un dineral. "¡Ay, hueles como la de Eau de No sé qué!". Ya te digo.
PD: Lo mismo podría decir de los anuncios de perfumes de hombre. Bueno, no exactamente lo mismo, claro.
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