La Contra de hoy tiene su qué. El filósofo entrevistado, Aurelio Arteta, usa la cabeza, y provoca su uso en el lector. Desmonta brevemente -seguro que sabe hacerlo con mayor profundidad- varios topicazos.
Quisiera comentar dos cosas: que echo de menos uno de esos tópicos, y que -al menos en la entrevista publicada- parece que hay un momento en el cual razona con los sentimientos. Con lo que eso conlleva.
Un topicazo muy actual es el que afirma que todas las religiones son iguales: no son más que simplismos tranquilizantes y engañabobos para niños. Al respecto, una respuesta de C.S. Lewis: "No sirve de nada pedir una religión simple. Después de todo, las cosas reales no son simples. Parecen, pero no lo son. La mesa frente a la que me siento parece simple; pero pregúntenle a un científico de qué está hecha realmente -todo acerca de los átomos, y cómo las ondas luminosas rebotan desde ellos e impactan mis ojos y lo que le hacen al nervio óptico y lo que éste le hace al cerebro- y, por supuesto, encontrarán que lo que llamamos "ver una mesa" lleva a misterios y complejidades cuyo fin difícilmente se alcanza".
La segunda cosa era el concluir sin dar razones. Al hablar de la vida niega que sea un valor supremo. Lo matiza, mejor dicho. "Una vida esclavizada, oprimida, sumisa, humillante, ¿es una vida digna de ser vivida? Quizá el valor supremo sea el de la dignidad: vivir con conciencia y libertad", dice. Me limitaré a matizarlo más: las dos cosas que separa claramente no son cosas incompatibles. La libertad tiene capas. Que le pregunten, si no, a Viktor Frankl y a su "El hombre en busca de sentido". Un hombre puede entrar en una cámara de gas con dignidad.
Quisiera comentar dos cosas: que echo de menos uno de esos tópicos, y que -al menos en la entrevista publicada- parece que hay un momento en el cual razona con los sentimientos. Con lo que eso conlleva.
Un topicazo muy actual es el que afirma que todas las religiones son iguales: no son más que simplismos tranquilizantes y engañabobos para niños. Al respecto, una respuesta de C.S. Lewis: "No sirve de nada pedir una religión simple. Después de todo, las cosas reales no son simples. Parecen, pero no lo son. La mesa frente a la que me siento parece simple; pero pregúntenle a un científico de qué está hecha realmente -todo acerca de los átomos, y cómo las ondas luminosas rebotan desde ellos e impactan mis ojos y lo que le hacen al nervio óptico y lo que éste le hace al cerebro- y, por supuesto, encontrarán que lo que llamamos "ver una mesa" lleva a misterios y complejidades cuyo fin difícilmente se alcanza".
La segunda cosa era el concluir sin dar razones. Al hablar de la vida niega que sea un valor supremo. Lo matiza, mejor dicho. "Una vida esclavizada, oprimida, sumisa, humillante, ¿es una vida digna de ser vivida? Quizá el valor supremo sea el de la dignidad: vivir con conciencia y libertad", dice. Me limitaré a matizarlo más: las dos cosas que separa claramente no son cosas incompatibles. La libertad tiene capas. Que le pregunten, si no, a Viktor Frankl y a su "El hombre en busca de sentido". Un hombre puede entrar en una cámara de gas con dignidad.
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