Así se llama el disco -séptimo de su carrera- del pianista cubano Roberto Fonseca. He de decir, en honor a la verdad, que el espacio de cultura de Catalunya Informació me da grandes ideas. Por ahí acampan a sus anchas la flor y nata de nuestros artistas.
Pues eso: destacaban hoy la presentación de un disco: "Yo". Digamos que el tipo no se partió los sesos buscando nombre. Digamos que la dedicatoria podría ser "a mí mismo, con el afecto que me debo". Digamos que es un poco extraño que un disco lleve ese nombre. Y no sólo un disco, sino cualquier obra. Bueno, tenemos a "Platero y yo". Pero eso es otra cosa.
"Yo", así, directamente, sólo al portorriqueño Ricki Martin, pobrecillo. Y a un libro de autoayuda titulado "Ahora, yo". No sé, que me suena raro. Espero que el disco sea bueno. Me quedo con lo que oí a un buen amigo hace unos años: "lo peor que le puede pasar a un hombre que se busca a sí mismo en todo lo que hace es que se encuentre". No somos autorreferenciales: no estamos hechos para nosotros mismos.
(¿No estás juzgando demasiado al pobre Fonseca? No. Sólo tiro del nombre de su disco para hablar de lo que me da la gana. En este caso, del hombre y su apertura ontológica. Hala.)
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