Creatividad

Hay libros y libros sobre el particular. De todos modos, una cosa está clara. 
Para creativos -para creadores, de hecho-, Dios. La creación es lo más creativo que hay. La Biblia lo dice de modo sucinto, y, por eso, perfecto. 
En el Génesis (el primer libro de los 73 de ese conjunto de libros que es la Biblia), uno puede leer esto, al hablar de los árboles: 
"que eran atrayentes para la vista y apetitosos para comer" 
(En latín es precioso: "pulchrum visu et ad vescendum suave": bello a la vista y suave para comer). 

Así, Dios hace que para satisfacer una necesidad vital -comer- uno disfrute en todos los sentidos. ¿No es eso creatividad? 
Veamos el contrario: comer cuando uno está resfriado.
¿Por qué se dice que la comida, especialmente en ese momento, debe entrar por los ojos? Realmente, comer es, si lo consideramos mecánicamente, uno de los hechos más aburridos que hay: abrir la boca, meter alimento, masticar y tragar. 
Y ahí entra la creatividad divina: que la función de lo que se hace quede casi en segundo plano, una vez conseguida con creces, gracias a lo bonito de la construcción. El paso de lo solamente útil a lo útil y bello y apetecible.

Hala. 

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