Ayer ganó España la Eurocopa. Me encantó la celebración en el campo: todos los niños y niñas, con total naturalidad. Es la mejor manera de hacer propaganda provida. Dicen los expertos en marketing que el mejor anuncio es la palabra del cliente satisfecho. En este sentido, que los jugadores no escondan -suena hasta raro- a sus hijos, fue una demostración de que con los niños llegan las alegrías, aunque cueste sacarlos adelante. Son la alegría de la casa, como decía el propio Iniesta.
Hasta los comentaristas lo decían: hay futuro. Así es: los niños, además de los dicho, son el futuro. No hace falta decir más.
(Salvo que la foto es de la sala de estar de mi casa: vimos -vieron- el partido en cañón. Mi primera parte me la pasé en el coche, en un duro intento por encontrar el camino de vuelta a casa...)
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