La providencia nos guía. También a este humilde blog. Decíamos ayer, como Fray Luis de León, que Messi lleva un rosario colgando del cuello y etcétera, etcétera. Pues bien: hoy, sin ir más lejos, he sabido que el propio Messi es, sin comerlo ni beberlo (como causa segunda, que dicen los filósofos), el causante de una conversión al cristianismo. Agárrate, lector, y no te menees.
Es sabido que muchos futbolistas celebran sus goles mirando al cielo. Eso genera, por ejemplo, preguntas de respuesta tan obvia como ésta: http://es.answers.yahoo.com/question/index?qid=20120626062137AAFAK2E. Así está la ignorancia religiosa en el mundo. Pero, por chistoso que parezca, la cosa va por ahí, amigos. Por lo visto, un hombre sin religión -pagano se les llama-, residente en Shangai y amante hasta el extremo del Barça y su juego y sus títulos, se hartó de ver a Messi celebrar sus múltiples goles, y siempre del mismo modo: haciendo la señal de la cruz y elevando sus índices y su mirada al cielo. El buen chino se quedaba perplejo y, de puro desconocimiento, preguntó en internet qué era aquel gesto. Y le dijeron -como en la encuesta que señalo- que se trataba de un gesto cristiano. Y, ni corto ni perezoso, siguió buscando al respecto. Y acabó en la web del Opus Dei en china. Y ahora mismo está recibiendo formación cristiana, y Dios sabe -nunca mejor dicho- si acabará bautizándose. Todo, por un gesto de Messi. Mira que yo soy merengón... Pero, del enemigo, el consejo... y el gesto.
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