Miguel Bosé ha decidido tener un hijo. "Necesitaba complicarme la vida", razonaba en una reciente entrevista que le hicieron en el magazine de El País. Y por eso tengo un hijo. Quizás la frase que he cogido no explique bien su manera de pensar. Ahora lo hago: ya no sé qué hacer con mi vida. Me aburro. Voy a tener un hijo. A eso se le llama -y es una postura que se da a menudo hoy día- poner al hijo como medio para llegar a la propia perfección o felicidad. El hijo como colofón final a una vida dedicada a mí mismo. Dicho de otro modo, mucho más claro: usar a alguien como medio. Eso ha hecho el esclavismo, por citar alguna costumbre denigrante. Lo mismo ocurre cuando uno habla del derecho a tener un hijo. Propiamente hablando, el hijo es un don. Y un ser libre: personal. No digo que no haga ilusión tener un niño. Digo que las ilusiones no lo son todo. Son malas jueces de lo que está bien o no. Como los sentimientos o las pasiones.
Bien, pues ahí va una respuesta. "Pues todos los seres racionales están sujetos a la ley de que cada uno de ellos debe tratarse a sí mismo y tratar a todos los demás, nunca como simple medio, sino siempre al mismo tiempo como fin en sí mismo". Kant puro y duro en su "Fundamentación para de la metafísica de las costumbres", el libro en el que pretende fundamentar todo su pensamiento ético. Un pequeño ladrillo lleno de frases como ésta: claras y contundentes. No es católico. No sólo eso, al menos. Es humano.
Comentarios
Aunque tengo que decir que ciertos artículos diferente no me convenció tanto, el de hoy me ha gustado
bastante.
Gracias
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