Un clásico (para educadores)

Ayer, mientras me encontraba leyendo tranquilamente, me atacó una frase de las que pueden partirte la cara, o recordarte que vas bien. Ahí la dejo caer: "¿Qué es lo más importante para enseñar latín a Juan? Querer a Juan"
Si quitas "latín" y pones otra cosa (o no pones nada, lo cual nos lleva a la frase genérica), sigue siendo verdad. ¿Qué es lo más importante para enseñar a hacerse la cama, a vestirse, a no mentir, a ser generoso, a escribir, a leer... a Juan? Porque el amor hará que uno pase por alto lo que se puede pasar por alto. Y se detendrá en lo principal. Y ayudará. Y corregirá con cariño, y no secamente. Y dejará libertad para fracasar, con un fracaso controlado (como las ruedas pequeñas en la bici, o las barras laterales en el bowling...).
Pues eso.

(No me olvido, sino que lo dejo para el final. Ahí va la cita: Cfr. Sermón de diversas cuestiones, 83? De Juan Pablo I, antes de ser Papa. Ya se veía venir).

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