El arte abstracto

Anécdota o sucedido real como la vida misma. Me lo contó un testigo ocular: el hijo mismo. Sin más prolegómenos. Papá, mamá y el hijo y la hija, de lleno en la adolescencia, deciden visitar el MACBA, ese museo de arte contemporáneo de Barcelona, cerca de Plaza Catalunya. Ambos padres son ingenieros de cabo a rabo, pero la madre -me cuenta el hijo- intentaba esforzarse y poner atención en entender el intríngulis de todo aquello. El padre, siempre desde la version de su hijo, ni caso. Hasta que llegó el momento oportuno, que siempre llega, en que la sala en cuestión se quedó vacía. El padre decidió que había que dar una lección al mundo y que él, amén de ingeniero, podía ser también un artista como la copa de un pino. "Lo llevo dentro", seguro que susurró al iniciar su primer gran éxito. Y, ni corto ni perezoso, cogió su paquete de tabaco y lo puso encima de una mesa (o lo que fuera: tal vez un cartel iluminado). Y un mechero encima. Luego sólo quedó esperar. Y picaron. En concreto. Una madre con su hijo le hicieron una foto. "¿Lo ves?", concluyó más que posiblemente el padre con una sonrisa burlona, "eso es el arte abstracto". No deja de tener gracia.

(No creo que piense eso. Pero algunos "artistas" se merecen la burla. Y tmabién algunos museos, que subvencionan a gente sin ningún tipo de arte.)

(Por cierto que es una gran lección de cómo llenar el tiempo de los hijos con algo más que tele o futbol o play)

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