En nuestra sociedad tiene suma importancia (suma: la mayor) el ser visto, el ser percibido, el salir en los sitios. "Si no estás en Facebook, no existes". Si no te ve nadie, no existes. A ver cómo vistes, no sea que nadie se fije en ti. A ver cómo hablas, no sea que no llames la atención, que no sea notable tu modo de decir las cosas. A ver si te cambias la funda del móvil, que ya está gastada. A ver si te cambias las gafas, que ya no se llevan. Y cien cosas más.
Dos consecuencias, ayudado de algo de griego.
Una: ahí va un verbo (con sus cuatro palabras de enunciado) y un adjetivo (con sus tres):
-"aisthánomai, aisthésomai, esthomen, esthemai": darse cuenta de algo, percibir con los sentidos o la inteligencia.
-"aisthetós, e, on": perceptible y observable por los sentidos.
De ambas viene estético, a través del latín aestheticus,a, um...
Lo notable, vistos estos ejemplos, es lo estétito. Nuestra sociedad es básicamente estética: es nuestro valor más importante.
Dos: estas reacciones que he descrito -breve e incompletamente- arriba, son las propias de un adolescente, que se preocupa mucho más (o solamente) por lo que se ve, por su físico y cómo queda. Todavía no ha entendido que él no es su ropa.
Nuestra sociedad es adolescente. Ya madurará, a base de tortazos y de asumir el porqué de los mismos. La crisis bien podría ayudarnos, pero quizás haga falta aún una más fuerte. Todavía hay quien piensa que con ser guapo, jugar bien a fútbol y tener dinero basta.
Comentarios