De vinos y cogorzas

Comentábamos alegremente ayer en la cena lo amigos que eran dos tipos.
La comparación fue aplaudida: "se deben de pegar unas cogorzas juntos"... Alegremente lo comento también porque conozco algo a los dos, y no son de borrachera, sino adultos responsables aunque más que alegres. Era un modo de decir.
Y esta mañana me ha venido a la cabeza una cita de la Biblia (no sabía en su momento cuál era su origen) que vi en una reciente visita a unas cavas de (valga la redundancia) cava.

" Vinum in iucunditatem creatum est et non in ebrietatem, ab initio"
(Eclesiástico, 31, 35)

O sea, traducido al modo campechano: el vino fue creado para la alegría y no para la borrachera, al inicio. ¡Qué gran matiz, ese "al inicio"! Ya se sabe lo que le pasó a Noé, en la misma Biblia... Triste cosa, la borrachera; triste aspecto, el de un alcohólico.

En fin, que, como en la comida, el punto medio es agradable en el vino: le alegra a uno la vida. El problema está, naturalmente, cuando es la única cosa que se la alegra. O, peor, cuando es de las pocas
cosas que hace que la olvide. El clásico "penas sin remedio, litro y medio".

Si es el alcohol lo que te permite hacer algo, deja ese algo.

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