El poder del Papa. Me parto de risa, por decirlo suavemente, cuando se habla -en pleno s.XXI- sobre el poder del Papa. El mayordomo y demás bastarían para callarse. Deberían hablar del no poder del Papa. Del no poder jubilarse de este Papa, por ejemplo. Tres veces le pidió a Juan Pablo II retirarse a las montañas, a escribir. Y, ni caso...
Pero puestos a hablar de poder, hablemos.
Sí, el Papa tiene dos poderes, como mínimo.
El primero, el poder de una cabeza impecable y humilde, a la vez. Acaba de publicarse su tercer libro que cierra -abre, de hecho- su trilogía sobre la vida de Jesús. Ha dedicado, según dice en le prólogo, 5 años para llenar las 132 páginas que lo componen. Páginas que escribió a mano, y a lápiz, para mejor corrección. Páginas que llenó con ideas nuevas: cita en la bibliografía libros de 2011, además de los clásicos. Y en varios idiomas. Eso es estar al día. Eso es ser un intelectual serio. En mi facultad, los viejos dinosaurios no hacían más que citar siempre su único trabajo, editado 20 años atrás con escaso éxito.
Y el segundo de su poderes lo tiene en las rodillas: es un hombre rezador, que sabe que es Dios quien lleva la barca de Pedro.
¡Un saludo!
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