Mirador

La semana pasada -imagino que después de un día de lluvia, no recuerdo-, me paré un momento en el mirador de la carretera de Vallvidriera mientras iba a trabajar. Hice varias fotos. La vista lo merecía. La foto es pésima: es lo que tiene el directo. 
Pensé en el concepto que hay detrás de la palabra "mirador". No es un "veedor". Es un mirador. Y podría llamarse contemplador. Ahí uno se para y hace algo tan propio de los hombres como es mirar. No sólo ver.
(Mi padre viene de un pueblo llamado Miranda de Ebro: lugar desde donde mirar al Ebro. Con dos.)
Mirar: prestar atención, calibrar, entrar al detalle. Y contemplar y juzgar estéticamente aquello que uno mira. O sea, lo que los animales jamás harán. O sea, lo que las cámaras de fotos y video, por buenas que sean, jamás harán. No ve lo mismo una cámara que un hombre, porque el hombre mira con todo su ser y su pasado y su imaginación. Y eso es mucho. 
Lo miradores. Mientras haya cosas así en nuestro mundo, no estamos tan mal.

Comentarios