Batman, ¿un murciélago coherente?

"Se nos conoce por nuestros actos", le dice Rachel Doze a Bruce Wayne en "Batman begins", ese peliculón de Christopher Nolan. La vi otra vez durante las Navidades. Esa es una de las frases de la película. En el momento, no le di mucha más importancia, pero luego, hablando con un amigo, y con otro y otro, vuelve a la cabeza... Diría varias cosas.

1. Que la relación entre las palabras (en sentido amplio: propósitos, ideas, ideales, intenciones, finalidades) y los actos es algo complicado en el ser humano. Tal vez lo más complicado.

2. Que las palabras son actos también en ocasiones: quien domina su lengua, tiene todo ganado, dice Santiago en la Biblia con otras palabras.

3. Que, por lo dicho en 1, el que está obligado a hablar mucho y a educar (los padres, los colegios, la Iglesia y demás instituciones) están todo el día en el punto de mira. Y sus errores (hechos) son juzgados con especial crudeza. "Por hablar", parecen decir los jueces, a veces impropios.

4. Que, dada la naturaleza y constitución humana, no parece arriesgado decir que haya disfunciones entre lo que uno dice que hará y lo que finalmente hace.

5. Que, cuando suceden errores ("se nos conoce por nuestros actos"), hay que analizar (quien deba) por qué suceden. No es lo mismo que sucedan por no ser fiel a lo que uno dice, que precisamente por ser fiel a lo que uno dice.

Para acabar de explicar 5, una frase de Wittgenstein, el filósofo, que depuro repetir me sé de memoria:

"Si un hombre ha estado en los peores lugares, yo no soy quién para jugzarle. Pero si me dice que fue su superior sabiduría la que le llevó ahí, entonces sé que es un fraude".

No sé si se puede decir mejor.

Así que, los educadores (en el sentido amplio, como digo en 3), que tomen (tomemos) nota. Es muy hispano cargarse un electrodoméstico por usarlo mal. Y luego echar la culpa al fabricante. La culpa es del que fabrica cuando se usa como se decía.