La segunda ley de Newton lo dice bien claro. Otra cosa es que pueda aplicarse a todas partes. O que se exacta. Ahí va una bonita foto-resumen.
Pero, ¿qué pasa con la fuerza de voluntad? Esa es la fuerza que mueve el mundo. Einstein, otro físico-matemático-sabio-etc, así lo decía: "Hay una fuerza más poderosa que la eléctrica y atómica: la fuerza de voluntad". Pues, ¿qué, puede aplicarse a esa fuerza la dichosa ley de Newton?
Agárrense, porque parece que sí.
Dice la ley que la fuerza está en relación a la aceleración que quiere dársele a cierta masa. Si quieres darle una aceleración a una masa, necesitas una fuerza. Otra cosa es qué significa masa y qué significa aceleración.
O sea, que la fuerza de voluntad es la que mueve nuestra masa (y nuestro espíritu) y le da cierta aceleración, cierto cambio de velocidad, cierto salir de la calma o de la velocidad constante. Hace falta una fuerza especial para las cosas especiales: una fuerza inmaterial para las masas inmateriales, que muchas veces tienen -por así decir- más masa e importancia que las puramente físicas. ¡Cuánto pesa, por ejemplo, una mentira! O, al decir de Shakespeare: "Ella pesa sobre mi conciencia como puede pesar en el alma de un culpable el remordimiento". Cosas que pesan, vamos, por inmateriales que sean.
Pero igual que la fuerza lleva implícita un fin al que aplicarla (una dirección y un sentido, vectorialmente hablando), la fuerza de voluntad también: hay quien no hace nada porque no sabe para qué. No tiene un norte en su vida. O lo tuvo, pero ha renunciado a reconocerlo: está demasiado desfondado.
Otra cosa. Para que una masa cambie de aceleración hace falta, en principio (dependiendo de la masa), poco. Otra cosa es que uno quiera que la aceleración sea mucha de golpe. La fuerza de voluntad actúa igual. Se trata de empezar poco a poco, y no dejarlo... con la vista puesta en el fin. El sujeto irá cogiendo más fuerza y podrá mover más materia (o cosa inmaterial), a medida que vaya ejercitándose. La masa no cambia: la fuerza, sí, aumenta. Está todo a favor. Sólo hay que ponerse.
¡Gracias a Dios que tenemos a Newton!
Comentarios