La via: unas ideas paralelas

El fenómeno de la Vía de ayer (Via cap a la independència) sugiere muchas cosas. Me voy a centrar en algo que no sea político. O, al menos, netamente político. Tanto, que tal vez no tenga mucho que ver...

Digamos que, como mínimo, lo que pasó ayer es que mucha gente (más de un millón, por ejemplo) se reunieron por voluntad propia con una finalidad común. A eso se le llamó vía, porque se unieron en eslabones formando una cadena humana. No es cosa tonta es esfuerzo que ha supuesto, y no sólo de coordinación. En algunos sitios hizo mal tiempo. Algunos tuvieron que desplazarse muchos quilómetros. Y no se vieron más que caras alegres y ambiente festivo.

Se me ocurren dos cosas:

a. la unión por ideales -a pesar de los políticos, o al menos de estos políticos- es muy fuerte: mucho más que lo que el dinero logra. Los ciudadanos de a pie (los que no se dedican oficialmente a la política) es muy importante. Se pueden lograr grandes cosas. A eso se le llama actuación política de los que no son políticos. Por ejemplo. 

b. la vida de cada uno tiene mucho de vía. Se trata de llegar a conseguir un objetivo ayudándose de otros, en unión de ideales. ¡Ay, del que está solo! Los demás ayudan a llegar, a superar obstáculos, que los hay. Y la consecuención de fines intermedios da por buenos los dolores pasados.

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