A nadie le debáis nada, más que amor; porque el que ama tiene cumplido el resto de la ley. De hecho, el «no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no envidiarás», y los demás mandamientos que haya, se resumen en esta frase: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Uno que ama a su prójimo no le hace daño; por eso amar es cumplir la ley entera.
Me lo ha dado San Pablo, aunque se lo dio hace 21 siglos a unos tipos cristianos que vivían en Roma, en su carta a los Romanos 13, 8-10.
Y me ha encantado por dos cosas:
Una, porque me ha recordado que, años más tarde, San Agustín seguía entendiendo las cosas igual, con su famoso: "ama y haz lo que quieras".
Y dos, porque se da por hecho que, como hay que amar porque quien ama no hace daño, los demás mandamientos consisten en no hacer daño a los demás. Y las cosas que se prohíben, por eso mismo se prohíben: el adulterio hace daño al otro; el asesinato y el robo y la envidia, también. Eso, además del daño que uno se hace a sí mismo.
Comentarios