Si uno busca cristiano, aparece el mítico jugador balompedista: así queda la búsqueda en google, al menos.
Y sin embargo, ¡qué bonito día, el de hoy: todos los santos!
La idea es feliz, se mire por donde se mire. Se trata de no olvidarse de nadie. Siempre hay santos conocidos: la Virgen, San José, San Pedro, San Pablo... Y algunos más desconocidos pero con fiesta en un día: San Policarpo, Santa Adela, San Félix, San Nicanor... [Curiosidad (o datos, mejor dicho): aquí, una lista de los santos del s. XXI declarados como tales (en el proceso eclesial llamado canonización)].
Sin embargo, hoy es el día de los santos desconocidos, de los ocultos. De aquellas mujeres y hombres que, a pesar de sus miserias, han pasado por el mundo intentando hacerlo lo mejor posible. Ahí te quiero ver, morena. (yo, por ejemplo, meto a mis abuelos en esa lista, a pesar de que la Iglesia no hay dicho nada).
¿De qué va eso de ser santo?
Dice la RAE en un avance de la vigésima tercera edición
santo, ta.
(Del lat. sanctus).
1. adj. Perfecto y libre de toda culpa.
2. adj. En el mundo cristiano, se dice de la persona a quien la Iglesia declara tal, y manda que se le dé culto universalmente. U. t. c. s.
3. adj. Dicho de una persona: De especial virtud y ejemplo. U. t. c. s.
4. adj. Dicho de una cosa: Que está especialmente dedicada o consagrada a Dios.
5. adj. Dicho de una cosa: Que es venerable por algún motivo de religión.
6. adj. Se dice de los días festivos religiosos y también de los de la Semana Santa que siguen al Domingo de Ramos.
7. adj. Sagrado, inviolable.
8. adj. Dicho de una cosa: Que trae al hombre especial provecho.
9. adj. Dicho de una cosa: Que tiene singular virtud para la curación de algunas enfermedades. Hierba santa. Medicina santa.
Si las sumas todas, queda claro qué es y qué no.
Pero luego tenemos las palabras de Juan Pablo II, en su Carta Apostólica "Novo millenio ineunte" en su punto 31. Toma y lee, que así nos aclaramos de verdad:
"Como el Concilio mismo explicó, este ideal de perfección no ha de ser malentendido, como si implicase una especie de vida extraordinaria, practicable sólo por algunos « genios » de la santidad. Los caminos de la santidad son múltiples y adecuados a la vocación de cada uno. Doy gracias al Señor que me ha concedido beatificar y canonizar durante estos años a tantos cristianos y, entre ellos a muchos laicos que se han santificado en las circunstancias más ordinarias de la vida. Es el momento de proponer de nuevo a todos con convicción este « alto grado » de la vida cristiana ordinaria. La vida entera de la comunidad eclesial y de las familias cristianas debe ir en esta dirección. Pero también es evidente que los caminos de la santidad son personales y exigen una pedagogía de la santidad verdadera y propia, que sea capaz de adaptarse a los ritmos de cada persona. Esta pedagogía debe enriquecer la propuesta dirigida a todos con las formas tradicionales de ayuda personal y de grupo, y con las formas más recientes ofrecidas en las asociaciones y en los movimientos reconocidos por la Iglesia."
Total: que hay que ayudarse a ser santos. Todos. Casualmente (léase en nodo irónico), lo mismo que dice Francisco.
Hala, feliz día, que si has llegado hasta aquí, paciencia tienes. ¡Au!
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