¿Quién maneja tu vida...?

Este anuncio se las trae.
No vamos a pedalear demasiado, aunque el tema (más que el anuncio) se lo merece. Se ven cuatro cosas: la foto, las dos frases, y el anunciante, que rompe con todo.
 
La foto -el fotomontaje- es muy original. Combina dos cosas contrapuestas. Por un lado, una actividad que podríamos llamar extrema y que suele estar asociada con la libertad, y con mucho sentido: se trata de no dejarse aplastar por la olas, sino lo contrario, usarlas para tu fin... y difrute. Y por otro, el hecho de estar sujeto a unas cuerdas y a ser un títere de otro. Eso tiene fuerza: todo lo que me parece que hago más libremente no es más que apariencia.
 
Las frases van por ahí, aunque negando la imagen. Quien maneja tu vida eres tú. Eso tiene tantos "sí, pero", que sería inagotable. La libertad es uno de los temas humanos por antonomasia, si no "el tema".
 
La otra frase ya es de otro estilo: "la libertad es el premio". Por supuesto, me estoy tomando este anuncio como algo serio. Seguramente la frase tiene un sentido llano: si tienes dinero, podrás hacer surf sin necesidad, por ejemplo, de que sea en sueños: en títeres. 
Pero si lo tomamos en serio, esa frase tiene razón de ser en algún sentido; y poco, en otro.
La libertad, en su sentido más profundo, no es un premio: es un regalo con el que nacemos, como la vida. Decir hombre y libre es lo mismo, en ese sentido. Por supuesto que hay otro tipo de libertad, la libertad moral, que hay que conquistar: todo hombre debe conquistarse a sí mismo y tenerse. El autodominio o señorío van por ahí. Las virtudes, también. Y el bien. Y el deber. La ética en bloque.
 
Y, finalmente, el anunciante, que nos hace tocar de pies en el suelo de la cruda realidad. Loterías y Apuestas del Estado. Salvo que todo sea una estafa, la lotería se trata de un juego aleatorio. Y alea significa, en latín mismo, suerte. Mi libertad no puede estar en función de mi suerte.
No sé, algo falla en este anuncio.
Claro que, con esa imagen, no podían anunciar más que cursos de coaching o cursos de retiro...
 
 

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hola Jose,

Tengo una pregunta relacionada con la Filosofía y me gustaría saber tu opinión al respecto. Tiene que ver con la dignidad humana y su carácter gradual o absoluto.

Por lo que tengo entendido la dignidad humana es el igual valor que atribuimos a todas las personas.
Si lo fundamentamos en alguna cualidad (por ejemplo, en la capacidad racional o en la capacidad para ser libres), y si esta cualidad puede poseerse en diversos grados (hasta el punto de que puede haber seres humanos que la posean en un grado mínimo o nulo), ¿cabría pensar que la dignidad humana se puede ostentar en distintos grados? ¿Hay unos seres humanos más dignos que otros? O, a pesar de todo, ¿hay razones para sostener que todos los seres humanos tenemos la misma dignidad?


Muchas gracias!
Jose Quintano ha dicho que…
Hola, Anónimo.
Mira cómo comienza la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

(Es interesante ver que se hizo después de Auschwitz y demás salvajadas, y para evitarlas).

Con este pequeño trocito está explicado todo:

"PREÁMBULO

Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana;"

La dignidad es intrínseca.
Es el valor intrínseco que cada ser humano tiene. Intrínseco: por ser quien es. Sin ningún motivo más.
¿Cómo se fundamenta esto?

La Declaración citada no lo fundamenta.

La teología cristiana (que es pensar filosóficamente la revelación recibida), sí. Dice que el hombre -cada uno- es el único ser creado querido por sí mismo. Eso le hace valioso: digno.

(También la razón y puede llegar a cosas: hay algo espiritual e inmortal en cada persona. En "La abolición del hombre", libro de C.S.Lewis, el autor hace un pequeño almacenamiento de textos que diversas culturas milenarias (también el cristianismo, pero no sólo) han tomado como inaplazables y axiales: de las que sale todo. Lewis llama a esos principios universales el Tao.
En esos, se justifica siempre la dignididad inalienable de cada hombre (y su siempre posible redención) en Dios.


O sea que la dignidad es inalienable e intrínseca a todo ser humano, por zigoto que sea. Dios ha estado ahí mirando y ha querido a ese pequeño ser humano: desde antes de la creación del mundo.