Saliendo del atasco, una vez han abandonado el coche |
Hace un tiempo ya tuve la suerte (y el estrés) de ver esta fenomenal película. Lo cierto es que pasé un mal rato estupendo: los sillones de la sala de estar sufrieron de lo lindo. Por suerte, teníamos palomitas. Pero ni así. Es de acción.
Pero lo que todavía no se ha borrado de mi cabeza -cada uno piensa como le han parido- es un detalle que no tiene nada que ver (o sí) con la historia. Ahí va:
El bueno de Brad Pitt y su señora esposa -me refiero ahora a la película- tienen dos hijas. En una de las escenas con que se inicia el film, se ve que el coche en que viajan todos ellos está metido de lleno en un atasco de campeonato. Y, ¡toma del frasco, Carrasco!, en pleno siglo XXI, resulta que todos ellos se distraen jugando con las palabras, al veo-veo-qué-ves. Tal cual. Ni plays, ni móviles, ni mandangas. Una lección. Como si nos dijeran (porque sí: estos americanos están en estos detalles. No fue sin querer, esa escena): "mirad, sí: se puede. Uno puede distraerse CON los hijos, en lugar de distraer A los hijos para que no le distraigan a uno".
Pues mira, hasta en eso es buena la peli.
Comentarios