Acabo de ver una foto que me ha destrozado. Se ve a un hombre al que están torturando. No la voy a poner. Es un cristiano, aunque lo mismo da si es ateo. Está en Irak. Le están asando a fuego lento, como si de un cochinillo se tratara: atado a un palo y cogido con cuerdas, sobre unos troncos humeantes. No me lo puedo creer. De fondo, se ve a un tipo con una caja de batería. Parece que hace redobles, como celebrándolo. Eso ya no lo sé. Como tampoco sé si es un montaje. No creo. Están decapitando gente, por ahí.
En lugar de esa foto (quien no se fíe, él se lo pierde), pongo un cartel de una película que he visto recientemente. No se la pondría a unos niños. El título en castellano resumen bien el tema: el fraude de una vida doble, que lleva a consecuencias nefastas. El éxito exterior o el fracaso personal y familar: una encrucijada. Y un protagonista que acaba eligiendo mal.
En un momento dado, el protagonista intenta excusarse y salvar la situación. Se da un diálogo entre su mujer, que conoce su penosa situación de adulterio y fraude, y él: "El mundo es frío", dice. Como respuesta, otra verdad terrible: "pues vas a necesitar un buen abrigo".
Me parece que este breve intercambio de frases lapidarias resume una gran parte de nuestro amado mundo. No me olvido de la foto que he descrito al principio. Unos matan y otros escriben tonterías. Unos ven muertes en portada cada día y se van a jugar a fútbol. Obama: llama a los padres del periodista decapitado y, acto seguido, se parte de risa jugando a golf. El mundo es frío. Y los hombres necesitamos un buen abrigo. Nos han dado corazón para amarnos, no para arrancárnoslo. No es casualidad que uno de los capítulos de aquel profético libro de C.S. Lewis llamado La abolición del hombre lleve por título "Hombres sin corazón".
Toca a cada uno ser abrigo de los demás, y no su destripador particular.
¡Ay del que está solo! Compensa rodearse de gente que sepa amar y sepa advertirle a uno sus errores: no sea que uno se endurezca progresivamente y acabe con una piedra en lugar de un corazón.
Comentarios