Hace un tiempo ya fui a comer con un amigo a una hamburguesería. De camino, un cartel llamó mi atención: "Sócrates". A cualquiera que haya estudiado filosofía le llama la atención un cartel con ese nombre: por connaturalidad, ni que sea. Como si un químico ve una tienda con un "Benceno" en la entrada.
Se trata, para más INRI, de un locutorio. Un lugar desde donde uno habla. A eso se dedicaba Sócrates. No sé si el propietario lo ha hecho queriendo, pero estaría bien.
De todos modos, tampoco quería comentar esto. Sino el hecho de que, poco a poco, estamos perdiendo algunas palabras. Es decir, que se está perdiendo el conocimiento de qué significaban, porque se les ha empezado a dar otro. Algunos ejemplos:
No me extrañaría que, en unos años, a los chiquillos que viven frente a ese locutorio, al oír la palabra "Sócrates" sólo les viniera a la cabeza ese local. "Claro, Sócrates: el sitio desde donde llamábamos"... Ya poca gente sabe quién fue el genial pensador griego, así que no te quiero ni comentar qué pasará en unos años...
Y lo mismo pasa con "Veritas", ese palabra hermosa que significaba verdad (y todo lo que ese trascendental de ser conlleva para el hombre y su vida, y no sólo su intelecto) y que ahora ha llegado a ser sólo una tienda de comida no transgénica: o sea, de comida "de verdad".
Otro tanto sucede con Calvin y Hobbes, que ya no son pensadores protestantes o filófosos alemanes, sino un niño y su tigretón simpático.
Y qué decir que Cristiano. Ya no es el seguidor de Cristo. Al menos para internet. Ahí saldrá el "mazao" de Cristiano Ronaldo, con su torno cuadriculado y su sonrisa de factoría musical.
Me dejo muchas. Da igual, la idea está servida.
Pero el hecho no es sólo este, sino unos más...Es misión de los adultos recuperar esas palabras para los más jóvenes. Y, por eso mismo, es una especie de crimen inventar nuevas continuamente, a no ser que sea por necesidad. Esto abre un campo inmenso de reflexión.
Comentarios