Me encantan las películas de acción de Tom Cruise. Sabe lo que hace. Cuando salió vi la primera parte. También la comenté en el blog, en una entrada que se las traía. Ahora, hace menos de un mes, he podido ver esta, tan diferente, en mi opinión.
Me quedé con uno de los temas más secundarios de la película, pero que me llamó la atención (lo que son las cosas). Supongo que porque me toca personalmente.
El tema principal -ojo con los spoilers- también tiene su enjundia, claro. Y le dedicaré ahora mismo dos líneas. Se trata de la paternidad de Jack Reacher. Y de cómo uno hace lo que sea por proteger a sus hijos... ¡aunque no lo sean! La paternidad no es algo meramente biológico, aunque comience por ahí.
El secundario menos importante. Resulta que en la película, Jack Reacher y la coprotagonista, la comandante Susan Turner (la actriz Cobie Smulder), quieren poner a salvo a la tercera en acción: Samantha, la que dicen que es hija de Reacher. Y la llevan al colegio donde estudió la comandante: un colegio de chicas -y solo chicas- que, por lo que se ve en la película, son bastante pudientes, económicamente hablando. Sus comentarios sobre las vacaciones, y el tono, y las caras. Todo habla de un colegio caro.
En esos escasos minutos se ven varias cosas importantes.
Primera: la comandante Turner habla con la directora del colegio. Todo son buenas palabras, buenos recuerdos. Han pasado 15 años, lo menos. Y la directora le dice que están muy orgullosas de ella, y ella dice que hace demasiado que no pasa por ahí. Una relación cercana, como mínimo.
Segunda, mientras entran, la chica puede ver una clase de arte al aire libre: están pintando las manos de una señora mayor. El comentario del profesor es alucinante: "no somos cámaras de fotos, sino pintores: mirad esas manos, pensad de quién son, ¿han trabajado?, ¿han acariciado a alguien?". Esas palabras cautivan a la chica, que disfruta pintando y se le da bien: eso se sabe viendo la película, en escenas anteriores.
Tercera cosa: tres chicas acogen a Samantha y se ponen a hablar entre sí de sus pijas vacaciones, momento en el cual ella aprovecha para robarles la cartera: vicios contraídos de una chica de la calle con una infancia complicada. Eso no parece gustarle tanto.
Y cuarta: se da un diálogo que es el que más me interesa comentar.
Samantha, visto lo visto en aquel colegio, no puede dejar de decir: "Esta escuela es una mierda", o una lindeza del estilo.
La comandante responde al instante: "Esa escuela me cambió la vida". Ahí se acaba el diálogo.
Lo bueno de todo -y aquí viene el grueso del post- es que en la última escena de la película se ve a Samantha vestida de uniforme, despidiéndose de Jack Reacher. Va a ir "a esa mierda de escuela".
¿Cómo ha cambiado de opinión? No sé. Pero quería comentar dos cosas.
Uno: "esa escuela me cambió la vida" es la mejor manera de argumentar a favor de un colegio (y de cualquier cosa). Y este es diferenciado: solo de chicas. Siempre que sea para bien. Me explico: la vida es el mejor argumento. ¡Y se da en tantos ámbitos de la realidad! Por poner algún ejemplo: "no se puede ser fiel en el matrimonio", dicen. Y, sin embargo, la vida misma muestra a gente que sí lo es. No de cualquier modo, claro está. La teoría de que no se puede queda en segundo lugar, porque sí se puede. Se trata de cambiar esa teoría, y sacarla de la vida de los que sí lo logran. Y así, cientos más. (Santo Tomás de Aquino lo decía fabulosamente: si la luna no se eclipsa, absurdo es preguntarse cómo lo hace. Pero como se eclipsa, es vano preguntarse si es posible; lo propio es ver cómo. Bravo).
Dos: la comandante Turner es líder, y militar. Cosa no muy común. Quizás a eso se refería con "esta escuela me cambió la vida". En colegios diferenciados tienden a darse esas cosas con más facilidad: niñas futbolistas y niños teatreros y cantantes. La presión de la adolescencia fácilmente ahoga estas potencialidades, aunque no necesariamente. Cualquiera que haya tratado con adolescentes lo sabe: "querría cantar en un coro, pero no me atrevo".
En resumen: la escuela diferenciada no tiene por qué ser disgregadora, antieducativa y todo lo negativa que dicen que es por necesidad.
La vida -en educación y en todo- por delante de las teorías, y marcando las teorías.
Hala, a tirar del hilo.
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