La venganza de Jane (y la de los "grandes profesores")

La venganza de Jane. Una película que ya pasó. Sin pena ni gloria. 
La vi en 2016. 
Pero "del enemigo el consejo", recuerda el proverbio. No sé si, de mala, llega a enemigo, pero sí me dio un consejo, que copié en forma de frase.
Y hoy, casi dos años más tarde y debidamente mezclada con un tweet del cual no tomé nota exacta, saldrá a escena. 
Hank me enseñó a cazar.
El estofado de conejo no está bueno sin conejo. 
Esa era la frase. Profunda, sin duda. Como todo lo obvio. 

El tweet contenía una idea trifásica. Decía, más o menos, que los malos profesores hacen memorizar; los buenos, enseñan cosas, y los grandes, generan dudas. 

Y aquí se desata la tempestad -ficticia- en la cabeza de cualquiera.
Porque suena a obvio que sin conejo no hay estofado de conejo. Aunque haga falta algo más. Lo propio del cocinero es hacerlo de modo que sea estofado de conejo... proporcionado. Pero no solo conejo. Ni sin conejo. 
Lo mismo con los profesores. Ninguna duda, mala cosa, porque la realidad se nos escapa tantas veces.
Aunque duda y verdad no sean incompatibles. Puedo estar acertando en algo sin estar cien por cien seguro. Son las dos caras del conocimiento. 

Veámoslo brevemente: 

El estofado de conejo no está bueno sin conejo. 
El conocimiento no está bueno sin verdad. 
Porque sin conejo no es estofado de conejo.
Porque sin verdad -si solo hay duda- no hay conocimiento, propiamente hablando.

Supongo que habría que tener en cuenta las tres cosas: la memoria, la verdad y las dudas (tomadas como no dogmatizar sobre lo opinable).
Sugiero otra versión del tweet: el gran profesor ayuda, como puede y desde su conocimiento y dudas previas, a que el otro conozca la verdad en lo posible.

Algo así de poco glamuroso, sí. 




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