Maluma, MeToo (y lo que haga falta): ¡vivan las mujeres enteras, no solo sus cuerpos!


Maluma merece un post. Debo agradecerle su entrevista, porque quitará el ramo de lirios a mucho padre (con respecto a la discoteca, por ejemplo). Con sus sinceras palabras, que ahora subscribo, ha quitado de una vez por todas la venda que alguno tenía en sus ojos. 
Ahí va:

"La juventud de hoy vive ese tipo de cosas, entiendo que personas de 40 o 50 años no lo entiendan porque no las viven, pero si tú sales hoy a una disco, fácilmente ves a dos hombres rodeados de 10 o 15 mujeres, y si salen de ahí, seguramente irían a hacer el amor con las 10 mujeres, pero nadie los juzga porque nadie los conoce".
Es un modo de hablar casi digno de Desartes: claro y distinto. 
Por lo visto, en el pasado octubre de 2016, "Cuatro babys" apareció en su canal de YouTube, aunque la canción era de un tal Noriel y no suya. 
La letra era igual de cartesiana: 
Estoy enamorado de cuatro babys, siempre me dan lo que quiero, chingan cuando yo les digo, ninguna me pone pero…
Bueno. Pero no nos quedemos ahí.
No sé si era mi abuela o quién, pero de vez en cuando me repetían aquello de "a río revuelto, ganancia de pescadores". Que traducido significa algo tan simple -y poco poético- como "cuanto peor esté la cosa, más fácil para todos será poder ver que lo está: que así seguro que no. y quien sepa otros caminos, que lo diga"

En la actualidad el río está más que revuelto. Lo mejor es, pienso, que se habla claramente del río y se dice ya sin comillas ni perdones ni tonterías que efectivamente está revuelto. Y mucho. No todos, sin duda. Pero bastantes. Eso es bueno. 
Ahora se trata de pasar del "así seguro que no" a proponer algunos "así, sí". 
Eso se puede hacer, me parece, pensando los porqués de nuestra negativa, de nuestro rechazo a lo que se nos propone. Es un proceso costoso, porque exige pararse, pensar... y descubrir que, en cierto sentido, estamos todos en el ajo. No hablo solamente de que nuestra sociedad es micromachista o machista de cuerpo entero. Hablo de si uno lo es. Así, sin escudarse en "la sociedad", esas dos palabras tan tranquilizadoras. 
Reflexionar, por tanto. Decir las cosas como se piensan, por bofetones éticos que sean, por mucho que sea a veces tirarse arena en el propio tejado. Así cambia uno. Y, sumando, sumando, la sociedad.

Toca ahora, decíamos, hablar del "así, sí". Sobre ello -llamémosle ética de la sexualidad personal, por ejemplo- ya escribí algunas pistas por aquí y, sobre todo, por aquí
A ellas me remito, que tienen su gracia ¡e incluyen bibliografía suculenta! 

Así que, mientras no nos quedemos en Malumas sino que avancemos como ejemplo de lo que no nos gusta, viva Maluma. 
Y viva, sobre todo, la reflexión necesaria que genera. 

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