La importancia de desanimarse (cuanto antes)

Desanimarse es mala cosa, en principio. 
¿Qué es el desánimo... excremento o estiércol? 
Dice la RAE que el estiércol (del latín stercus, -ŏris.) es...
1. m. Excremento de cualquier animal.
2. m. Materia orgánica en descomposición, principalmente excrementos animales, que se destina al abono de las tierras.

Es decir, que el excremento usado como abono es el estiércol. 
Los desánimos, bien llevados, son abono para la personalidad. 
Vamos por partes. 

Dice la RAE (sí, otra vez) que desánimo es la falta de ánimo. Y que ánimo es...

Del lat. anĭmus; cf. gr. ἄνεμος ánemos 'soplo'.
1. m. Actitud, disposición, temple. Sondean el ánimo de la gente con encuestas. Ánimo tranquilo.
2. m. Valor, energía, esfuerzo.
3. m. Intención, voluntad. Sin ánimo de ofender.
4. m. Carácter, índole, condición psíquica.
5. m. Alma o espíritu, en cuanto principio de la actividad humana.
6. interj. U. para alentar o esforzar a alguien .

El desánimo es la ausencia de ánimo, podemos decir. 
Seguro que puede entenderse de muchas maneras. No hay duda. También de la que vamos a ofrecer aquí al lector. Se dice —en la tercera acepción de la palabra ánimo— que es la intención, la voluntad. Eso es mucho: es el motor. Es la causa final que me mueve. Es el bien que persigo, o, mejor dicho, el bien que tira de mí.

¿Es grave quedarse sin ánimo: sin intención, sin motor? Claramente. 
Pero hagamos un parón, porque la realidad es más compleja. A veces no está tan claro que sea grave. Hasta puede llegar ser la salvación de una persona. Pongamos un ejemplo. Algo extremo, lo sé. Es "el del conductor muy poco experimentado" o "el conductor paquete o wonderpacket" 

Un coche sin motor no se mueve... salvo que esté en bajada. Y un conductor poco experimentado puede, perfectamente, confundirse y creer que es su motor quien mueve al coche, cuando en realidad es la propia pendiente y peso. 
¡Sería lamentable ese conductor, por el error que comete!
Lo mejor que le podría pasar es que se le acabara la bajada y se diera cuenta de que se va a enfrentar una situación de gravedad: "mi motor no funciona: mi coche ha perdido el ánimo: se ha desanimado". 
Porque solo entonces, reconocida el error (mi motor es el del coche) y la situación real (mi motor era la pendiente), puede uno empezar a usar el coche... arreglándolo. 

Tiramos del hilo. 
La situación de desánimo es, por eso mismo, importantísima. 
Me ha dado un bajón de ánimo: me he desanimado. Bien. 
Se te ha ido el ánimo, el motor. Perfecto. 
Mira a ver qué echas de menos, porque eso será ni más ni menos que tu motor (por la ausencia del cual estás así: parado, des-animado)
Y luego examina si compensa que lo sea: si vale la pena usar ese motor, si eso que usabas como motor es realmente apto para ser motor, para moverte, para ser el fin de tu vida... en ese momento.

Pondré un ejemplo entre mil millones. Uno más bien tonto. 
Resulta que Sínfrono, ese adolescente de nombre inventado, se ha desanimado mucho. Él dice que está de bajón, y quizás hasta añada una palabrota antes de la palabra bajón, o incluso diga "bajonaco". 
Al ser preguntado, dice que su plan ha sido un porquería y no ha ido nadie y estaba más colgado que... lo que sea.
Sin darse mucha cuenta -o sí- ha dicho el porqué de su desánimo. Es decir, lo que buscaba y no se ha dado. Ha dado a entender que el ánimo que le movía era que fueran muchos... O que fuera esa persona concreta, que no fue. 
Conclusión: ya puede enfrentarse a los hechos. "Me afecta que no venga tal persona". 
Y puede pasar a pensar el por qué: "porque me gusta", por ejemplo.
Y puede cambiar su modo de actuar: "se lo digo", por ejemplo. 
(Lo sé: eso no implica que la cosa se arregle y que esa chica empiece a ir. Solo digo que es importante saber las causas de los desánimos, para empezar). 

Ejemplo dos, tontito pero para profesores. La niña Sigfrida se desanima y está de mal ánimo porque ha sacado solo un 8. Importante momento. Cuanto antes, debería entender por qué narices busca sacar ese 10. Y si vale la pena sacarlo. (Que sí, digo yo). Y si compensa ponerse así por no sacarlo... a la primera. Y si no le pasará que se compara con no sé quién... Etcétera. 

Bien.

"Vaya conductor más inexperto", podríamos objetar con bastante suavidad a este ejemplo del motor que no era motor.  
Pero es que eso son los hombre inmaduros: los adolescentes que se están haciendo, tengan 10 o 40 años, si no han salido de ese estado de irrealidad parcial en que uno no sabe muy bien qué le mueve.  
De ahí que en el título haya añadido un sutil "(cuanto antes)". Porque así se pone remedio a la mala gestión de los porqués que le mueven a uno. ¡Lo mejor que le puede pasar a alguien es desanimarse!
El problema es que su falta de pericia, su ser inexpertos, se les ve sobre todo en el hecho de que tantas veces no aciertan a ver cuál era su motor, qué echan de menos. O no lo reconocen. Eso, así entre nosotros, pasa también a adolescentes de barba y 50 años. 
Si no sabes por qué te desanimas, recapacita: piensa un poco y ten el valor de reconocer que echas de menos que te aprecien, que te mimen, que te digan que eres bueno, que necesitaban triunfar, que buscar ser mejor que no sé quién, etc. 
Así la vida se descomplica.

Hala, a desanimarse... y a arreglarlo.

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