Un buen slogan es un puñetazo feliz, que te deja la cara interior marcada durante un tiempo. De vez en cuando, al ver su cicatriz, lo recuerdas y lo musitas con cariño y hasta con una sonrisa.
He recordado algunos. Y he buscado unos cuantos en chat GPT. Añado diez para regocijo de los que ya tenemos una edad.
- Nike - "Just Do It" / "Solo hazlo"
- Apple - "Think Different" / "Piensa diferente"
- Coca-Cola - "Open Happiness" / "Destapa la felicidad"
- McDonald's - "I'm Lovin' It" / "Me encanta"
- Red Bull - "Red Bull Gives You Wings" / "Red Bull te da alas"
- L'Oréal - "Because You're Worth It" / "Porque tú lo vales"
- Samsung - "Do What You Can’t" / "Haz lo imposible"
- Adidas - "Impossible Is Nothing" / "Imposible es nada"
- Amazon - "Work Hard. Have Fun. Make History." / "Trabaja duro. Diviértete. Haz historia."
- Disney - "Where Dreams Come True" / "Donde los sueños se hacen realidad"
Se me ocurren algunos que no aparecen, y, algunos listados aquí, no los conocía. Típico.
De todos modos, no aparece el milenario "Ora et labora" de San Benito, cuya regla monástica se hizo tan famosa e influyente en la que luego fue Europa. Sin ella, por cierto, poca Europa habríamos visto. Se "está poniendo de moda" leerla, para aprender.
Señarlo todo esto porque el otro día estuve en Montserrat, ese magnífico monasterio benedictino de precioso entorno y de archifamosa y magnífica escolanía de niños cantores, a quienes es maravilloso escuchar.
Después de rezar un rato, paseábamos hacia el coche y nos fijamos en los carteles que llenan los alrededores. La foto que encabeza el texto no es muy buena pero cumple.
El monasterio cumple su milenario: mil años de historia. Para celebrarlo, han ampliado y explicado en carteles con imágenes su lema tradicional, que así refleja de modo sucinto diversos aspectos de la vida monástica. No tiene desperdicio y, mutatis mutandis, puede servir mucho a todo cristiano y a todo ser humano.
Dice:
Ora: Reza.Lege: Lee.Labora: Trabaja.Rege te ipsum: Gobierna a ti mismo.In communitate: En comunidad.
Obviamente, han pensado mucho qué poner y el orden. Destacaríamos que no son sino las cuatro ramas de un mismo árbol, fundado en Dios, la raíz de Universo.
"Ora", en primer lugar. No necesita traducción ni explicación: quien está unido a su Creador ha encontrado la razón de su vivir y de la vida misma. Todo cobra nuevo sentido: el que ya tenía en la Mente de quien creó tanto al mundo como a uno mismo. Es un proceso, pero el inicio de toda religión, y su fin, es ese: la unión con Dios, y la lógica devolución posterior de toda criatura a Él. El mundo es de Dios, y a Él hay que devolverlo: en su uso y en sus frutos, que deben ser apropiados para el hombre y respetuosos con el propio mundo.
"Lege": lee. No "mira imágenes y vídeos". Lee. Dedica tiempo a meter en tu inteligencia la imagen real del mundo, para discernir cuáles son equivocadas. Lee, que es actividad que requiere tiempo y reflexión y pausa. Actividad, por eso, altamente humana y complicada, a día de hoy, en que quien no corre, vuela. Lee, sigo yo aquí a modo de consejos, ni que sea diez minutos al día. Todo el mundo los tiene: es cuestión de prioridad. Por pocos que parezcan: van sumándose las páginas. Y lee algo que compense ser leído, visto que poco vas a leer por tiempo o hábito. Selecciona bien. Una ayuda, como otras miles, aquí.
"Labora". Trabaja, aunque tengas "un chanchullo que me da pasta gratis y sin moverme, nen". Porque el trabajo no es mera actividad exterior. Trabaja porque es tu expresión exterior: es un producto de tus capacidades. Aunque es película lenta y hasta tediosa según la veas, puede valer Perfect days, este largometraje sobre cómo encontrar la belleza en un mundo hiperacelerado a través de lo ordinario, en los dos sentidos de la palabra. Trabaja, claro está, con los ojos puestos en el Creador del mundo que trabajas, y en los que se beneficiarán de tu trabajo, tan humanos como tú, tan dignos como tú y tan creados como tú.
"Rege teipsum": mándate a ti mismo, rígete a ti mismo. Menudo bofetón a los días en que todo el mundo quiere cambiarlo todo. Sería más práctico, dicen muchos sabios, cambiarse a uno mismo. Empezando por el oráculo de Delfos, con su inmortal reto: conócete a ti mismo. En pleno siglo XX, san Josemaría:
¡Qué afán tienen muchos de reformar! ¿No sería mejor que nos reformáramos todos, cada uno, para cumplir fielmente lo que está mandado?
Manda sobre ti mismo. No en el sentido, solamente, de que otros lo hagan. Eso ya es mucho. Sino en el sentido más platónico: reconoce cuanto antes que tantas veces eres un carro descontrolado, y toma las riendas de tu vida de una vez por todas. No te dejes llevar por donde decidan tus caballos furiosos o ávidos de placer: que gobierne tu razón, para mayor disfrute y aprovechamiento feliz de tu sana ira, de tus ganas. Rege teipsum!
"In communitate": en comunidad. Los monjes, en su comunidad. Nosotros, con los demás, con orden. En nuestra familia (cosa que incluye a la Iglesia, para los cristianos). Con nuestros amigos. Con los compañeros. Con los contactos. Y con el mundo entero. No son elementos iguales, y es causa de infelicidad mezclarlos y equipararlos, sin darse cuenta tantas veces: tus colaboradores no son tu familia. Tu marido no es tu jefe. Y así. Dios ha elegido para ti unos padres y hermanos. Eso cambia la jugada. A los amigos, los eliges tú. Y a los demás, también. Es llamativo —y tiene todo el sentido– que haya que estar dispuestos a cuidar de todo hijo de vecino: todo el mundo es nuestro, todos salimos del mismo creador. Eso tiene unas exigencias fuertes, pero amables y que llevan directo a la felicidad.
Por supuesto: si uno relee los otros lemas ahora, echará algo de menos. O a alguien.
Para lemas, el de Montserrat.
Comentarios